Archivos de la categoría ‘LO PÚBLICO’

El paisa Uribe

Publicado: noviembre 23, 2012 en LO PÚBLICO
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Gobernó Colombia entre el 2002 y el 2010, evitando tentar una segunda reelección. Encontró un país asediado por los capos de la droga, el terrorismo y la pobreza; y a su salida dejó una Colombia prometedora, visiblemente más pacífica y estable. ¿Cuáles son los costos que enfrenta un presidente cuando decide reconducir el destino de una nación, y a qué peligros se enfrenta? En esta entrevista, el expresidente colombiano, Álvaro Uribe llama «desleal» a quien creyó sería su delfín en Nariño: el hoy presidente, Juan Manuel Santos. Critica duramente el diálogo con las FARC y defiende, a capa y espada, el mar que su país deberá reconocer como nicaragüense, según la CIJH.

Lima Parada

Publicado: octubre 26, 2012 en LO PÚBLICO
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De la violencia en La Parada es responsable la alcaldesa Villarán, quien ha manejado muy mal el traslado de los comerciantes al nuevo mercado de Santa Anita. Primero dijo que este no reunía las condiciones para el traslado, cuando sí lo estaba; había que desprestigiar al antecesor a como diera lugar. Luego algún funcionario del gobierno anterior la hizo entrar en razón; así comprendió, aunque a regañadientes, que la mudanza debía producirse cuanto antes.

Al año de tener el municipio cuasi paralizado por empecinarse en embarrar a Castañeda, se dio cuenta que había que ponerse a trabajar. Fue entonces cuando comenzó a soltar los primeros mensajes del traslado a los ambulantes; estos, confundidos de verdad o de mentira, no sabían si creerle a la Villarán que les dijo que Santa Anita era un espacio que no reunía las condiciones para el traslado, o a quien se sinceró y les dijo que es un mercado con la infraestructura necesaria para darle a Lima un primer centro de abastos de esas características.

A comienzos de septiembre, la señora Villarán dijo que el traslado a Santa Anita se llevaría a cabo entre el 19 y el 23 de septiembre. Pasaron los días y los reportes periodísticos daban cuenta de la anormalidad de las cosas: no había traslado, no había autoridad. Llegó el plazo pactado y los comerciantes se reían en la cara de los periodistas que, intrigados, pasmados, preguntaban por qué el traslado no ocurría. Acusaciones tanto del lado de los comerciantes como de la autoridad municipal, daban cuenta de un diálogo de sordos.

Y justo el día en que se inicia el proceso de revocatoria contra su gestión, la Alcaldesa, tarde, echa mano del principio que la ley le ha dado, pero que se resistió a usar confundiéndolo malamente con violencia: se dio cuenta que es autoridad. Entonces coordinó con el señor Pedraza la movilización de la policía montada para bloquear a los camiones que proveen de mercadería a La Parada. La señora Villarán manda a nuestros policías como carne de cañón; sabiendo, quizá, lo exacerbados y caldeados que estaban los ánimos de los comerciantes, envalentonados por esa falsa autoridad aireada con chalina verde. Asistir al triste espectáculo de contemplar a una turba dando de patadas a un policía, además de la muerte de un comerciante, es como atestiguar la lenta claudicación de la autoridad estatal ante la barbarie. Señalo con el dedo a la señora Villarán como la responsable de la blandenguería izquierdosa con la que maneja el Municipio, maleando así lo único que tenemos como equilibrio en este país: el orden y el imperio de la ley.

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En un afán por bajar el efecto de las dramáticas consecuencias del ataque senderista en Kiteni, el premier Juan Jiménez Mayor no ha tenido los reflejos que un hombre de Estado necesita y ha dicho una barbaridad. A nombre del gobierno, nos ha pedido a los periodistas «no hacer una novela» de los lamentables hechos que acontecieron en uno de los lugares estratégicos para la economía nacional.

Es cierto que los periodistas no estamos al tanto de la estrategia que el gobierno enfrenta para acabar con los Quispe Palomino y sus huestes. Apenas damos cuenta de los hechos y sus probables consecuencias, amparados en la opinión de expertos y en la propia magnitud del atentado. Es cierto también que en el universo periodístico se dicen muchas cosas y no todas necesariamente se ajustan a la estrategia que lidera el gobierno.

Por esa razón, hace muy mal el primer ministro en atacar a los periodistas, que no somos otra cosa que aliados estratégicos en la lucha contra Sendero; ya sea en el VRAEM, o en el Movadef o en el Sutep Conare. En cualquiera de los frentes, el premier nos tendrá de su lado, si de acabar con la subversión se trata. Pero un hombre de Estado como Jiménez queda en ridículo al fijarse en pequeñeces como si los periodistas decimos o dejamos de decir algo.

El gobierno no puede aparecer como vulnerable, débil y con pocos reflejos. Lo que queda es enfrentar al enemigo como un solo puño. Y no se trata de enviar a los nuestros como carne de cañón y, según sabemos de buenas fuentes, con armamento y equipos en malas condiciones.

Señor Jiménez, a todos nos ha impactado lo ocurrido en Kiteni, pero usted no está en el puesto para enfrentar a la sociedad con una mirada tan miope y sin ningún horizonte. En una guerra, la propaganda puede ser muy beneficiosa; mejor no haga esta clase de declaraciones y dedíquese junto a sus ministros en afinar la estrategia ofensiva que todos los peruanos esperamos en Kiteni.

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Luego de la entrevista que el último jueves nos concedió el doctor Marcos Ibazeta, expresidente de la Sala Nacional Antiterrorista, tomó contacto con Panamericana Televisión el doctor Diego García Sayán, exministro de Justicia del gobierno de transición y actual presidente de la Corte IDH, para discrepar con algunas de las cosas que se dijeron durante el citado diálogo.

Yo dije que la investigación de Perú21 es prolija y que abunda en evidencias que demuestran que, durante el tiempo en que DGS fue ministro de Justicia entre el 2000 y 2001, se flexibilizó el régimen carcelario de los terroristas; algo que en la práctica permitió la conformación del Movadef, esa bazofia ideológica que hoy contamina la mente de ilusos jóvenes que piensan que lo que hizo Sendero no fue una barbarie, sino una mera y válida confrontación política. DGS respetablemente discrepa de mi posición.

Dije también que si, desde el Estado, se hicieron tantas concesiones a los terroristas es por dos motivos: o que se está coludido con ellos; o que se es un grandísimo idiota. Ante las evidencias mostradas y ante las reuniones que el señor Javier Ciurlizza mantuvo con los senderistas me queda la segunda opción. DGS, exjefe del señor Ciurlizza, respetablemente discrepa de mi posición.

DGS envía cartas y hace llamadas al gerente de Informaciones de Panamericana pero debería mejor aclarar, abiertamente y ante la opinión pública, las probables y muy lamentables decisiones que él habría tomado como ministro de Justicia. Lo saludable es que DGS venga al estudio de BDP y confronte con nosotros las razones que determinaron el ablandamiento del régimen carcelario de Guzmán y su cúpula; además de explicar detalles poco claros de la real política penitenciaria que se mantuvo en esos años con los subversivos. O cuánto supo de las conversaciones entre Ciurlizza y los senderistas para negociar los términos en que finalmente se creó la CVR.

Invitamos cordialmente al doctor García Sayán a hacer sus descargos en una entrevista en vivo en Buenos Días, Perú. Es lo más saludable en aras de encontrar la verdad de esta polémica y cuestionable decisión.

El horror de la verdad

Publicado: septiembre 25, 2012 en LO PÚBLICO
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Si Ruth Thalía Sayas no se presentaba en EVDLV, probablemente hoy seguiría viviendo con sus secretos bajo siete llaves y como una perfecta desconocida. Ella no tenía necesidad de contarle al país que ejercía la prostitución y que había descubierto su bisexualidad. Eso era parte de su intimidad, un derecho que tenemos todos. Sin embargo, EVDLV sí necesitaba aparecer con un caso que atrapara masivamente la audiencia del competitivo horario de los sábados por la noche.

La polémica está en el derecho cedido a cambio de dinero; incluyendo el difícil tránsito de la vida privada a una más bien que lindaba con lo cuasi público. Ruth no necesitó nunca ventilar su vida íntima y me temo que ni ella ni nadie la preparó para tan tortuoso tránsito, aunque quizá sí le cayeron bien esos 15 mil soles. Dinero que, por cierto, ofreció compartir en partes desiguales con su exnovio, quien hoy debe recibir todo el castigo de la ley junto a sus cómplices.

¿Un programa que se convierte en caja de resonancia de asuntos privados, no se hace en algo responsable por las consecuencias que esas confesiones traerán? Alguien compra y alguien vende, dicen las leyes del mercado. Ruth Thalía no imaginó que esta venta le costaría la vida; EVDLV compró a ganador. Pero esta delicada transacción sacaría lo peor del mototaxista Bryan Romero y su tío y principal cómplice, Redy Leiva.

Me temo que EVDLV no podrá sostenerse en el tiempo. Nadie va a ese programa con el afán de hacer públicas sus miserias y sus secretos más escondidos. El que va sabe que su intimidad se va vendiendo de mil en mil; de cinco mil en cinco mil, hasta llegar a un monto que sepa a premio. A cambio, sabe que nadie volverá a mirarlo igual; o que quizá alguien cobrará venganza.

Conga es lo de menos

Publicado: julio 11, 2012 en LO PÚBLICO

Los viejos de Patria deben pensar que Santos es un buen partido para lograr el sueño de abrazar el poder.

Gregorio Santos quiere ser presidente del Perú el 2016, aunque el precio para conseguirlo sea muy alto. Su discurso se basa en oponerse a todo, pero principalmente a la inversión minera. Para lograr sus propósitos, se metió al bolsillo a los ambientalistas, a los tontos de siempre, a los románticos no correspondidos, a los iletrados, a los vándalos que andan pendientes de algún automóvil por destrozar y a esos hipócritas que hablan de política muy bien apoltronados sobre el progreso que repudian y petardean. Así, Conga tiene opositores despistados y convenidos. Los primeros, defienden unas lagunas no aptas para la agricultura ni para el consumo humano; los segundos, usan el proyecto minero para empujar al Perú al abismo de una constitución chavista. Por lo tanto, si somos capaces de entender lo que significan esas banderolas con el lema Conga no va cubriendo los ataúdes de los muertos por la revuelta antiminera, esta interrogante resulta válida y necesaria: ¿Hasta dónde puede un político majadero utilizar a una población para seguir la consigna izquierdista de capturar el poder?

Apenas se confirmó el quinto muerto por las protestas, el presidente regional cajamarquino lo contó por el Twitter antes que nadie. Uno de sus seguidores nominales, mas no ideológicos, alcanzó a decirle a Santos que contaba a los muertos como si fueran goles. Y es que, más allá del chascarrillo, la izquierda suele tener esos reflejos macabros que le dan una cierta solidez a sus postulados marxistas. Ellos dicen que los muertos, tras una protesta que ellos mismos provocan, deslegitiman al Estado burgués. Que a mayor cantidad de muertos, más autoridad pierde ese Estado con el que están en guerra permanente hasta tomarlo. Gregorio Santos es el que más visibilidad ha conseguido para Patria Roja en estos últimos meses gracias a su oposición a Conga; los viejos de Patria deben pensar que Santos puede ser un buen partido para lograr el ansiado sueño de abrazar el poder.

Entonces el Sutep, también controlado por Patria, lanza a sus profesores a las calles y se bloquean las rutas más transitadas del centro y sur del país. Así tenemos a medio Perú en vilo. La izquierda justifica la protesta y la apoya escudándose tramposamente en la incapacidad del gobierno para no resolver los conflictos. ¡Pero si es la izquierda la que agita el país desde que Humala los sacó del gobierno! Y estos convenidos se aprovechan de la nobleza o la ingenuidad de los despistados que creen que en lo de Conga existe un imaginario grupo de pacifistas soñando con un mundo mejor. ¿Acaso lo ocurrido en Celendín es pacífico como insinúa Arana? Háganme el favor, eso es delincuencia, crimen y vandalismo.

No extraña, por tanto, que el presidente del Comité Nacional de Reconstrucción y Reorientación del Sutep, Efraín Condori, admita que el Movadef participa en las marchas de los maestros. Ojalá que la denuncia del Procurador Galindo mande a la cárcel a quienes, amparándose en el derecho a la protesta, en realidad hacen apología al terrorismo. Mientras tanto, al cierre de este post, escucho al Monseñor Miguel Cabrejos decir que las audiencias con los antimineros en Cajamarca han sido fructíferas. Tanto, que Arana ya convocó a un paro para los días 11 y 12 de julio; precisamente cuando la CGTP alista una paralización a nivel nacional. ¿Se puede dialogar con quien, al mismo tiempo, te quiere parar el país?

Así que si ven a Santos haciéndose el defensor del ambiente, en realidad quiere el poder a toda costa y sin importar los muertos que ocasione su angurria. Si ven a Arana dejándose manosear por la policía y poniendo la quijada en primer plano, en verdad busca atención, victimización y a ver si consigue un sitio en la plancha de Santos o algo de mejor suerte. Ha quedado claro que la izquierda es capaz de cualquier cosa (bloquear carreteras, tirarse abajo el turismo, frenar la inversión, buscar muertos para endurecer sus protestas y hasta jugar en pared con Sendero); todo con tal de entrar a Palacio para instaurar la República Comunista del Perú. Los demócratas estamos llamados a impedir que el país se vaya por la borda.

Los mismos que empujan al gobierno a claudicar ante los antimineros, se dedican ahora a tijeretear los dichos del Primer Ministro; acumulando así razones que provoquen su salida. Los medios de izquierda titularon que, para Valdés, el presidente Ollanta Humala debía olvidar sus promesas. La fuente de esas declaraciones fue Buenos Días, Perú. O sea, tuve a Valdés sentado en mi estudio y, para ser estrictos con la verdad, no dijo lo que sus opositores aseguran que dijo.

Durante la entrevista, y respecto a lo que hará el gobierno con los votantes de la Gran Transformación, el Primer Ministro desarrolló una respuesta que no es nueva. «Nuestro presidente, cuando es elegido, debe olvidarse de sus ofertas electorales; cumplir sus promesas, pero gobernar para el 100% de peruanos». La destreza comunicacional es algo que el señor Valdés está ejercitando, por lo que ventilar la sola frase es pura mala fe. La idea, más bien, es realista: que cuando un gobernante llega al poder deja la verborrea de campaña y las ofertas electorales, para tomar decisiones en bien de todo un país.

Si bien Valdés aún no tiene peso político para los conflictos, seamos honestos: ¿quién tiene la fórmula para resolver de un plomazo la provocación y el desgobierno al que nos empuja la izquierda? Creo que Valdés está empeñado en que el Perú atraiga más capitales, con la ley en la mano. Si es él quien debe consolidar las inversiones, entonces que termine lo que ya empezó.

Ahí esperan Cajamarca y Espinar, aunque con interlocutores desacreditados ante el país. Gregorio Santos ha paralizado el 90% de las escuelas públicas. La izquierda apoya a Santos, pese a que quiera convertir a Cajamarca en una región de flojos y resentidos. Al sur, la excarcelación de Óscar Mollohuanca debilita el principio de autoridad y fortalece la impunidad. Ya dijo este alcalde que convivir con la minería le resulta difícil. ¿Creen que no será el primero en tirarle piedras a Las Bambas?

La fractura en la bancada del gobierno abre el camino a un sinceramiento de los partidos que llegaron al Congreso en las últimas elecciones. El presidente sabrá advertir que el encono ideológico que lo separa de la izquierda ha quedado sellado con las renuncias de Diez Canseco, Mavila, Mendoza y Coa. Así las cosas, opositores y oficialistas intercambiarían roles y destinos. La línea que divide a ambos frentes la traza el plan de la Gran Transformación, rechazado por el 70% del electorado; pero que la izquierda atesora como lo más preciado en la repartición de bienes tras divorciarse del señor Humala.

Si bien Fredy Otárola sugiere que quienes se quedan en Gana Perú no harán lo mismo que los disidentes, el oficialismo está golpeado por el remezón; provocado por la fuga izquierdista y el giro ideológico del presidente. Por ello, necesita tender puentes ahí donde hay coincidencias, en lo económico y lo político. Urge un pacto democrático que abra paso a una coalición parlamentaria, capaz de acompañar al Ejecutivo en las grandes decisiones que necesitan debate pero también viabilidad. El gobierno necesita un soporte político que –además de equilibrar sus pasos– evite que el país caiga en manos de los que buscan la provocación y el revanchismo.

La izquierda se ha desnudado al pedir libertad para Óscar Mollohuanca, reconocimiento para Verónika Mendoza y enmudecer ante el llamado a la insurgencia de Gregorio Santos. Ahí los partidos democráticos deben trazar la línea. Dejar solos a los que buscan desconocer la ley y descalificar como interlocutores a quienes azuzan la violencia en el país. Mollohuanca está acusado de disturbios, secuestro, daños y coacción. Mendoza tergiversó documentación oficial y la usó contra una política de Estado, mientras que Santos camina sobre la ilegalidad hace buen tiempo. El diálogo debe reinventarse con un gobierno fortalecido por una coalición y no solo desde un partido que, en el válido recambio de ejes y objetivos, tiene una base social confundida por un supuesto viraje a la derecha.

Según la última encuesta de mayo realizada por GFK, el 75% de peruanos considera que el presidente Humala está al centro del espectro político; un 18% lo percibe como de izquierda, y un escaso 7% lo ve como de derecha. La gente no le cree a los disidentes nacionalistas, que andan como mentecatos acusando al presidente de «derechista»; como si esto último, por cierto, fuese un insulto.

Queda ya en manos de Humala conducirse bajo una línea programática que permita la gobernabilidad en lo que queda de su mandato. Una coalición democrática dejaría en minoría a Diez Canseco y compañía, respaldados por el tercio del país que sí votó por la Gran Transformación. Dicho esto, el señor Óscar Valdés debe irse en julio; se necesita un jefe de gabinete con un perfil no solo técnico. El elegido para suceder a Valdés debe ser un político que surja de esta coalición que el país necesita en tiempos de convulsión. El señor Humala tiene la palabra.

La sangre contamina el río

Publicado: junio 23, 2012 en LO PÚBLICO

Los antimineros están desenmascarados. No protegen el ambiente, solo quieren bajarse las inversiones en el país. Tal como lo anticipó el presidente Humala, los que azuzan la protesta contra Conga, son los que calentaron las heladas pampas de Espinar. La conexión es descarada: el alcalde de Espinar, Óscar Mollohuanca, milita en el partido antiminero Tierra y Libertad. Su líder, el exsacerdote Marco Arana, estimula a los cajamarquinos a levantarse contra Newmont. Es de tontos pensar que Mollohuanca no sigue instrucciones de Arana, más aún cuando la revuelta en el Cusco sirvió de antesala para la agitación social en Cajamarca. Los fiscales tendrán que ser muy rigurosos al determinar responsables por las muertes y los destrozos en Espinar. Si bien la ley ha vuelto con el Estado de Emergencia, no se debe olvidar que el problema dejó de ser ambiental y se convirtió en criminal.

Con la intransigencia de Gregorio Santos, el alcalde Mollohuanca pidió hace algunos días una inspección en zonas supuestamente afectadas por relaves. La empresa Xstrata dejó que el alcalde antiminero elija los lugares presuntamente impactados. Así, se determinó inspeccionar las aguas de las comunidades de Winiquetara, Winipampa y Paspaco. Según información que he recibido desde Espinar, Mollohuanca no ha sido capaz de demostrar la contaminación en por lo menos dos de los tres lugares elegidos por él mismo. Xstrata ha ofrecido un muestreo participativo para determinar si hay contaminación de relaves. Mollohuanca respondió pateando el tablero. Luego vino el vandalismo del 28 de mayo que acabó en muertes y destrucción.

Espinar no ha mejorado con Mollohuanca. Está igual o peor que cuando asumió la Alcaldía, sin agua ni desagüe. Una contaminación silenciosa, y que desdibuja la periferia de la ciudad, es la que producen las aguas servidas que desembocan en los dos ríos de Espinar. A este problema medioambiental, se suma la basura que –según reveló Willax TV en la víspera–, no se recoge desde hace un mes; curiosamente el tiempo que toma la preparación del paro y la escalada de las protestas en la zona.

No se puede permitir que los antimineros frenen el país. Los demócratas no solo defendemos la ley, también vigilamos por el derecho de hacer riqueza que tiene todo peruano. Esto último es lo que Mollohuanca no entiende. Xstrata ha aportado directamente a la ciudad, desde que inició operaciones en 2004, unos 66 millones 110 mil 349 dólares (US$ 66’110,349.00); tomando en cuenta que en el 2011 se priorizaron proyectos de desarrollo en 75 comunidades de Espinar. Me temo que este alcalde no es un demócrata; más aún cuando sus serenos fueron descubiertos con bombas molotov que, según los propios trabajadores municipales, eran trasladadas «por órdenes superiores». ¿Qué otro que el propio Mollohuanca?

Ya sabemos que este alcalde no actuó por la libre. Su jefe ideológico, Marco Arana, le tomó la posta en Cajamarca promoviendo enfrentamientos, bloqueos de carreteras y la agresión a periodistas. Sin embargo, la intransigencia de los antimineros amenaza con prolongarse en acciones más radicales y sin importar la muerte de inocentes. Semanas atrás, Arana ya habría anticipado –con frialdad y evidente cálculo político– la violencia que hoy lamentamos. Eran los días en que los expertos europeos presentaban el peritaje al EIA de Conga. Arana, detrás de las cámaras de Buenos Días Perú, le dijo a mi productora que “acá va a correr sangre”. Estamos advertidos.

¿El pasado o el futuro de Calle?

Publicado: junio 23, 2012 en LO PÚBLICO

Los probados cuestionamientos a la designación de Wilber Calle como ministro del Interior merecen un deslinde del presidente Ollanta Humala. Queda muy mal el señor Calle diciendo que no firmó el dichoso documento de sujeción a la autocracia fujimorista, cuando el video en el que aparece con otros generales junto a Montesinos es contundente. Todo el país quedó escandalizado con esa escena vergonzosa para la Fuerza Armada, mostrada en el Congreso el año 2001. Unos cinco años después, en plena campaña presidencial, la señora Nadine Heredia persistió en escandalizarse con lo que intentaba llamar como grave crisis institucional de los militares. «(Ollanta hará) una limpieza total en las Fuerzas Armadas para retirar a los mandos militares que firmaron el acta de sujeción durante el régimen fujimorista», decía en marzo del 2006 la esposa del entonces candidato chavista, Ollanta Humala. El hoy presidente dijo en el 2009, en un libro autobiográfico bastante ventilado en la reciente campaña presidencial, que «fue una vejación y una humillación a las instituciones castrenses la firma de ese documento».

¿En qué quedamos, entonces? El presidente ha dado muestras de cambio y pragmatismo una vez que ocupó Palacio. Dejó atrás sus sueños de izquierdizar el país y sigue cuesta arriba con el modelo económico que se implementó en el Perú a comienzos de los noventa. Con ese mismo pragmatismo, el presidente Humala parece estar diciéndonos que su opinión con respecto al acta de sujeción ha cambiado, más aún si se trata de un general cercano a él y a Adrián Villafuerte. Incluso, por encima del entorno, el presidente no parece ser consciente del mensaje que trae consigo el nombramiento de Calle. Que no podemos estar mirando al pasado cada vez que nos toca enfrentar el futuro. Que evaluemos a su nuevo ministro por el plan de trabajo que presente el 28 de mayo en el Congreso y no necesariamente por el documento de sometimiento que firmó, aparentemente obligado por Montesinos y su cúpula.

Lo que resulta sorprendente es que Calle no haya continuado en el Ministerio de Defensa, que es de donde vino y donde era el viceministro de políticas del sector. ¿Por qué aceptó una cartera tan compleja y tan fusible como la del Interior? ¿Acaso porque tendrá el respaldo de Villafuerte y del propio presidente? Si esto último contribuye a pulverizar a los senderistas en el VRAE, enhorabuena. Pero si como militar que es, Calle no tiende puentes con los generales de la policía desde el arranque, su estadía en la sede de Corpac será corta y alimentada por la vieja rivalidad que aún mantienen los policías con el Ejército.

Porque más allá del pasado de Calle y lo improductivo que haya sido Urquizo en Produce, el asunto de fondo aquí es la estrategia que se está rediseñando en el VRAE contra los senderistas y el narcotráfico. La reunión que el gabinete tuvo con cuatro presidentes regionales (Junín, Huancavelica, Ayacucho y Cusco) es una señal positiva que se ha dado desde el gobierno, aunque queda por cambiar radicalmente la mirada de “patio trasero” que estas cuatro regiones le han dado históricamente a la zona del Apurímac y el Ene. El presidente lideró la cita. Eso dice mucho del interés por recuperar el VRAE al más alto nivel. Si a eso se acompaña la decisión de nombrar al general Ricardo Moncada en la comandancia general del Ejército –fue el primer comandante de la región del VRAE en el 2009– los objetivos están puestos sobre el tapete. Falta ahora que los nuevos ministros sepan liderar esta retahíla de buenos deseos y planes aparentemente reorientados. A la mayoría de peruanos se nos instala la duda al ver a Urquizo y Calle con sus fajines. Me temo que ellos no eran los más indicados.